El Syrah es una de las uvas tintas más plantadas en nuestro país, y en el mundo. Hace algunos años se pensaba que iba a explotar comercialmente, pero le ganaron en las góndolas otras cepas como el Franc y el Pinot.
Las zonas más bajas de Mendoza y San Juan, por ser más calientes, son los principales productores de ésta uva que necesita muchos días de sol para madurar. ¿Qué podría divertirte? Su capacidad para desarrollar notas cárnicas en su perfil aromático… cuero, carne ahumada, caballo transpirado. KKEEHH!!! Si, si y SI! Te recuerdo que al vino no se le agrega absolutamente nada para generar aromas y sabores, sino que está relacionada con los compuestos químicos presentes en la uva, o los que se generan en el momento de la fermentación y en el paso por barrica. Es decir, que a vos se te van a activar en el cerebro recuerdos a aromas/gustos que anteriormente percibiste, y allí los vas a asociar. Digamos que si en tu vida nunca oliste un caballo transpirado, no vas a encontrarle alguna similitud (que puede ser muy probable), pero no tengo dudas que seguramente hayas sentido cuero alguna vez, entonces es posible que lo asocies por ese lado. En general, las notas cárnicas en el Syrah agregan una dimensión adicional y atractiva, brindando una experiencia sensorial única, pero también se le pueden sentir especias, características terrosas y ahumados.

Siguiendo esta línea va genial con carnes, platos ahumados y estofados de todo tipo. Es decir, ¡una hermosa comilona!