Bonarda joven, solo con un pequeño contacto con duelas. Con fuerza, estructura amable, buena acidez, súper frutal, fácil de beber, originario de parrales viejos.
Maridaje perfecto: chori, milanesa con puré de papas, todo tipo de carnes blancas, con condimentos no tan potentes. Pollo al horno con hierbas, tacos de pollo o cerdo, ribs con barbacoa. Por su frescura, ideal con pastas con salsa de tomate, pomodoro, lasaña o espaguetis a la boloñesa. Platos vegetarianos como lasañas de verduras, berenjenas a la parmesana o una ensalada de quínoa con verduras asadas pueden complementar. Quesos semi duros y suaves como el provolone, mozzarella fresca y el brie, para que no tapen el sabor del vino. ¡Bonarda con pizza siempre!