Notas de cata: una mezcla de cerezas y criolla chica, elaborado con maceración carbónica, lo que logra vinos súper expresivos, con mayor concentración de aromas y sabores. Muchas notas a frutilla, tutti frutti, cerezas, buena frescura y un ligero retrogusto dulzón. Fácil de beber, para compartir con aquellas personas que se quieren meter en el mundo del vino. Competencia ideal para un trago. Poca y casi nada de intervención, bien natural, que se nota a la vista por su brillo. Beber bien frío, directo de la heladera. Para el maridaje, es muy versátil, sobre todo para comidas de todos los días como pizzas, milangas, sándwich de todo tipo, fideos con salsa o manteca o sushi.
Las Criollas son una serie de uvas autóctonas, que nacieron por el entrecruzamiento con uvas europeas. Son un grupo de uvas muy fructuosas, jugosas, que dan vinos frescos y fluidos. Suelen lograr grandes rendimientos, hecho que no es bueno para vinos de gamas medias y altas, por lo que, gracias al trabajo destacado, tanto en el viñedo como en la bodega, bajando el rendimiento y aplicando tecnología, se logran vinazos. Crecen en parrales, sistema de conducción al estilo arbolitos, viejos, ya que las criollas son uvas antiguas. Que el viñedo sea antiguo es bueno porque da menor rendimiento con mayor calidad.