Uva tinta de tendencia, que día tras día gana popularidad en las góndolas vineras argentinas. Hace algunos años, el bonarda casi vivía preso del Malbec, escondido tras él, utilizándose para cortes en donde ni siquiera se lo nombraba en la etiqueta. Comparte con el Malbec algunas cuestiones, sobre todo la versatilidad para encontrar diferentes estilos de acuerdo a la vinificación elegida.
Al Bonarda le sienta muy bien los climas cálidos, por lo que el Este de Mendoza es uno de sus lugares en el mundo. Además, zona de parrales muy antiguos que dan frutas de muy buena calidad. La Familia Morcos, con mucha presencia en la zona, sabe aprovechar el varietal, posee en su porfolio cinco variedades de Bonarda, siendo esta la etiqueta tope de gama de sus líneas. No es muy común ver en el mercado Bonarda con estas características, ya que la uva nos tiene acostumbrados a vinos de cuerpo medio, muy frutales, livianos, pero no mi cielo, ¡aquí vas a encontrar un bonarda poderoso, como tu primer amor! Envejecido en barricas de primer uso por 12 meses, frutos maduros, especies y la complejidad que le otorga la barrica. Por el paso marcado en barrica de esta etiqueta es un vino que nos pide comidas potentes, carnes rojas o platos con salsas robustas. Ideal para hamburguesas bien cargaditas, costillas a la barbacoa, batata a la parrilla con miel, ñoquis de boniato, comidas agridulces o con notas dulzonas.