Una reliquia, últimas botellas 2018, y aquí es donde la añada cumple un papel fundamental. El año que figura en las etiquetas se refiere a la fecha de cosecha, si bien la mayoría de los enólogos buscan lograr homogeneidad año tras año, esto se ve afectado por las características climáticas, especialmente lo que sucede en el momento del crecimiento del fruto. Cuestiones como lluvias, insolación, heladas tempranas o tardías, temperatura promedio, entre otras.
La añada 2018, una bomba atómica.