Notas de cata: las notas características del Cabernet se presentan de forma más austera, suavizadas por la región, en boca y nariz podemos encontrarle algo pimienta, nuez moscada, pirazinas, frutado, con la tranquilidad típica de un vino neuquino. Sin entrar en las complejidades excesivas que pueden tener los Cabernet de zonas más cálidas. Algo secante y todo coronado con buena acidez que lo equilibra y lo hace bebible.
Cualquier corte de carne roja al horno iría perfecto, será importante prestar atención a las hierbas del condimento. Siendo un Cabernet de zonas frías, queda muy rico el romero, porque desarrolla ciertos aromas frescos. También podría ir con osobuco a la olla, o una tortilla de papas bien condimentada, pastas con salsas especiadas. ¿Maridajes simples? Hamburguesa con queso cheddar ¡Momentito épico, maridarlo con un chocolate amargo, frutos secos y un peliculón!
Los Cabernet de la Patagonia nos están sorprendiendo. Se trata de una uva de ciclo largo, es decir que necesita más tiempo para su maduración, por lo que el Sur de nuestro país suele ser riesgoso para la variedad por las heladas. Podríamos pensar que por el clima frío no llega a una perfecta maduración, hecho erróneo, ya que se logran Cabernet más sutiles, frescos y bebibles, como el que vamos a probar. Aclaramos que el límite para la producción es Río Negro, es decir que en Chubut ya efectivamente no logran madurar, por ser aún más extremo. La región está en producción desde 1909, desde entonces, la Patagonia del vino creció y nos abastece de buenos exponentes. Esta superficie (Neuquén, Rio Negro, La Pampa y Chubut) es apenas el 2% del total nacional, el valor contrasta con la reputación de sus vinos, muy alta, debido a su estilo fresco y a la vez potente.